La gestión eficiente del desperdicio alimentario se ha convertido en una prioridad para el sector de la alimentación y bebidas, en un contexto de creciente preocupación ambiental y de optimización de recursos. En este contexto, AENOR ha desarrollado una norma específica para la reducción y gestión del desperdicio alimentario, que proporciona directrices claras y medibles para mejorar los procesos internos y reducir las pérdidas a lo largo de la cadena de suministro. Esta norma se posiciona como una herramienta estratégica que ayuda a las empresas a disminuir el impacto económico y ambiental del desperdicio, y fortalece su competitividad y reputación en un mercado cada vez más exigente en materia de sostenibilidad.
Objetivos de la Norma
La norma de AENOR está orientada a alcanzar objetivos fundamentales que impulsan una gestión integral del desperdicio alimentario:
Reducción de Pérdidas Económicas: Se busca minimizar las pérdidas derivadas de la ineficiencia en la cadena de suministro. Los estudios indican que la aplicación de esta norma puede generar ahorros de hasta el 20-30% en costes asociados a la producción, transporte y eliminación de alimentos no utilizados.
Optimización de Recursos: El objetivo es maximizar el aprovechamiento de materias primas, agua y energía, asegurando que los recursos invertidos en la producción se traduzcan en productos finales con menor tasa de pérdida. La norma propone un enfoque de “cero desperdicio” mediante la implementación de procesos de mejora continua.
Mejora del Impacto Ambiental: Al reducir el desperdicio, disminuye la cantidad de alimentos que terminan en vertederos, lo que conlleva una reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero (especialmente metano). Se estima que la correcta aplicación de esta norma puede contribuir a una reducción del 10-15% en la huella de carbono asociada al sector.
Transparencia y Responsabilidad: La norma establece protocolos de medición y reporte que permiten a las empresas documentar de forma clara sus avances y retos, facilitando la rendición de cuentas ante clientes, inversores y organismos reguladores.
Beneficios de la Certificación
Contar con la certificación de AENOR en la gestión del desperdicio alimentario ofrece múltiples beneficios, tanto a nivel operativo como en términos de imagen corporativa:
Ventaja Competitiva: La certificación se convierte en un sello de calidad y compromiso con la sostenibilidad, lo que puede abrir puertas a nuevos mercados y atraer a consumidores e inversores interesados en empresas responsables.
Ahorro y Eficiencia Operativa: Empresas certificadas han reportado reducciones en los costos operativos derivados del manejo ineficiente de inventarios y residuos. Algunos casos han mostrado mejoras de hasta un 25% en la eficiencia de la cadena de suministro.
Cumplimiento Normativo y Acceso a Incentivos: La certificación facilita el cumplimiento de normativas ambientales y puede ser un requisito para acceder a subvenciones, incentivos fiscales y líneas de financiación verde, lo que refuerza la viabilidad económica de las iniciativas de sostenibilidad.
Fomento de la Innovación: La norma impulsa la búsqueda de soluciones prácticas y la adopción de tecnologías que, aunque no sean de alta complejidad, permitan optimizar los procesos. Este enfoque de mejora continua se traduce en una cultura de innovación interna que beneficia a toda la organización.
Ejemplos de Empresas Certificadas y Casos de Éxito
Diversas empresas del sector alimentario y de bebidas han adoptado la norma de AENOR, integrándola en sus procesos y mostrando resultados concretos:
Campofrío: Esta empresa ha implementado estrategias de reducción de desperdicio mediante la optimización de sus líneas de producción y sistemas de gestión de inventarios.